CAPITULO 2
El Sueño
Una garra la alcanza...
directo al corazón,
¡Cae!
¡Caeee!
¡C
a
e
e
e
e
e!
Se desvanece
Profundo el abismo se
deja llevar,
lánguida yace la dosis
perfecta para el sueño eterno...
desciende al vacío un
débil lammento casi un susurro,
un pensamiento el nombre
de un niño que acude al
llamado el llanto de la
hija revive a la madre que
abre los ojos en brazos
de un ángel
Suspira tranquila el hijo ha llegado.
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