Proyecto Cultural Passus

Por: Aldo Vargas 

Acuarelas de Natalia Robledo

¿Cuándo fue la última vez que abrazaste a alguien, con la certeza de saber que no querías que se terminará el momento?; como lo saben, me lo pregunto a altas horas de la noche, porque tengo la certeza de que ese sentimiento, es equivalente a un flojo recuerdo en mi memoria, pero tan vivo como sí fuese ayer cuando sucedió; hoy no tengo esa sensación; como sí me hubiesen robado los sentidos, hoy, me encuentro sobre mi cama, a la tres de la mañana, sin sueño, pero también sin una parte de mi; me siento laxo, ausente de mente más no de cuerpo; evadido a mi mismo.

¿cuándo fue la última vez? Que interesante pregunta; ya tiene mucho que no me la hago, debe ser porque ahora pareciera que el tiempo lo pausaron, antes mi vida era una continua sucesión de eventos intrínsecos, paralelos. Todo en ese universo tenía sentido. Hoy lo tiene y no, es más confuso. Es enigmático, pero no sorpresivo, es apabullante pero frustrante. Vaya, que se encuentra en etapas ambivalentes. Todo y nada a la vez. Como es abajo arriba es, dicen.

La última vez que me pregunte tantas cosas, fue cuando tuve 15 años, sí no eran las mismas preguntas, se ahora que son más. Entonces me dolía la cabeza, ahora me duele el alma. Es primordialmente alarmante, la cantidad de veces que ahora sucede, como sí las respuestas flotarán en el aire, sólo que son tan pequeñas e indivisibles que aún no puedo percibirlas.

Es en momentos así cuando pienso, ¿a dónde debería irme ahora? No se a donde pero debo irme; algo más allá de mis barreras citadinas no me deja ver dónde o a donde. Cadenas de aire más, cadenas de palabras menos.

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