SUERTE

Por Erik Cáliz Zamarripa

No hay nombres, pues sabe quién es, no hago nada pues no sabe quién soy.

Suerte, debo de tener mucha o solo la confundo con casualidad, porque estas.

Pero siempre son las veces en las que me doy cuenta del completo egoísmo de la gente, de lo desinteresadas que son para con los demás; tal vez puedo aceptarlo tal vez porque estoy hecho para ayudar, para dar y no recibir, esa es mi historia.

Conocer esa parte que hacia falta de tu vida, esa en donde eres igual que los demás pero al mismo tiempo diferente en todas direcciones; saberte extraño en tu hogar, y encontrarte en uno diferente que tras el paso del tiempo se ha vuelto uno más, ese en el que puedo ser completamente sin reparo a los juicios y prejuicios. Un lugar en el que el cariño proviene de la forma más extraña pero que disfrutas aun más que todo.

Tuve tiempo de sobra, y lo desaproveche, tengo tiempo justo y trato de aferrarme a él, los días no son suficientes pero también son largos.

Tal vez, es por esa simple razón de querer estar contigo, te extraño de una forma muy extraña, incomprensible, pues estoy en calma. Las tradiciones dictan que tengo que escribir más, pero simplemente esa frase es la que me llena y me hace entender.

Es reconfortante saber que en algún punto aparece alguien con historias paralelas a las tuyas, en verdad son muchos, pero te hace sentir menos solo.

La falta de inspiración no es más que falta de conocimiento, apatía, cansancio, todos eufemismos para no decir que no tengo mucho que escribir pues no estás.

Regresas, nada ha cambiado, la emoción está contenida simplemente para parecer más fuerte, más humano, y es mejor cuando parece que nada cambia, siendo que todos son vulnerables.

En algún momento me gustaría escucharte…

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