martes, 24 de septiembre de 2013

Cuando entendíamos lo que era cultura.

Por: Rodrigo Olivares

La formación de estructuras ISI[1] en América Latina, mediante la ideología centro periferia de Raúl Prebisch, promovió la idea de lo hecho en México está bien hecho, la economía de posguerra y el nuevo orden mundial posicionó en los años cincuenta identidades internas de lo que se entendía como mexicano. Sin caer en ambigüedades como el sombrero el tequila y el mariachi, el sistema estatal post-revolucionario diseñó la plataforma de educación del país, que consistía en dotar de identidad y cultura a la nueva sociedad mediante el arte.

El muralismo claro ejemplo de las plataformas ideadas por el institucionalismo mexicano previo a los años cuarenta, ya distribuía en las masas iconos de identidad mediante la pintura y las obras de ingeniería para las conglomeraciones, museos, teatros en mercados, diseños de colonias….


El arte era el claro anclaje entre la sociedad y su formación como tal, es decir la culturización del país. La música no era la excepción, compositores no solo de mariachi como José Alfredo, sino también músicos presentados a diario en la W radio “La voz de América Latina desde México”, bien producía musicalizaciones para radionovelas, derivadas de la literatura mexicana (como los bandidos de río frío), o música de boleros, u orquestas que desoccidentalizaban las orquestas de cámara para hacer mambo (y un sinnúmero de ritmos latinos).

Los contenidos del arte que conformaban la cultura mexicana eran temas recurrentes, que al salir de la observación de la sociedad eran de fácil apropiación por el común general, el tema del arte no era un problema, sino una ocupación activa de sus creadores, como la participación social intensiva de Siqueiros, o la producción cinematográfica interminable de Buñuel.

No se trata de llenar el texto con falsos nacionalismos o poner frenos a la evolución natural de las artes para quedarnos en el México Charro de los bigotes y grandes sombreros, se trata de reflexionar sobre el quehacer de la sociedad artística actual, dicha arte no recrea ni provoca, no dice nada a las nuevas y anteriores generaciones.

En qué momento dejamos de ser productores de nuestra propia cultura, para dar paso a la absorción de la corriente globalizadora de occidente. Sin ser globalifóbico,  nos podemos dar cuenta que le dejamos al mercado con sus ventajas competitivas nuestra producción cultural, para muestra la nueva película de Eugenio Derbéz, para él la base de su éxito es la taquilla, la calidad en el guión o en la calidad del filme pasa a segundo termino.

Cuando entendíamos como sociedad el arte y la cultura eran décadas anteriores al cambio estructural, ahora tenemos que ser recurrentes en reivindicar tradiciones como el día de muertos, así como dar cuenta de “nuestras artesanías” como si fuera un folclor  menor al arte de Warhol, la producción del arte mexicano se encaminó a lo contemporáneo, pero ¿en realidad los nuevos conceptos generan entendimiento de cohesión social? o en realidad generan modelos desechables del falso concepto de “ciudadano del mundo”. ¿Evolucionamos en realidad  como sociedad para entender el arte actual y considerarnos cosmopolitas, sin entender en realidad qué es cultura?





[1] Industrialización por Sustitución de Importaciones, se daba preferencia a la producción interna y fuertes restricciones a la introducción de mercancías extranjeras,  en México se apoyó en la ideología nacionalista surgida posterior a la década de los años treinta.





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